lunes, 12 de octubre de 2009

Mi confrontación con la docencia

Entre la docencia y mi profesión

Ante todo, debo de confesar que desde mi niñez considere la posibilidad de ser docente, pues mi hermano el mayor lo era, por cuestiones económicas no estudie en la normal 1 de Neza, en 1982, año que egrese de la secundaria mis padres no tenían los recursos ni el entusiasmo (papá) de que continuara estudiando.

Por ello, presente mi examen para ingresar al Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Oriente, en ese momento me sentí frustrada pues pensé que no lograría mi objetivo ser docente. Sin embargo, al estudiar la licenciatura en Sociología se volvió a incorporar en mi mente el deseo de ingresar a la docencia y en 1990, por fin, el sueño se hizo realidad, e ingrese en una secundaria como Orientadora y en 1992, me incorpore al medio superior como profesor horas clase. La felicidad me invadió pues después de pensar que no podría ser docente lo logre.

Desde que inicie mi camino en el ámbito educativo, he sentido que el tiempo no pasa pues mi carrera y profesión se conjuntaron para que lograra trabajar en lo que yo siempre soñé. Los alumnos desde 1990, me han dado vida intelectual y laboral, me han enseñado tantas cosas que pienso que son los mejores aliados para inspirar al docente a querer crecer intelectualmente para poder darles un mejor servicio y en consecuencia cada día ser mejores.

Por otra parte, la docencia me ha motivado para seguir actualizándome y que ellos sigan el ejemplo, que no importa la edad cuando el ser humano quiere y desea prepararse para poder cumplir sus propósitos. Lo único que me causa insatisfacción es que en ocasiones siento que me llena tanto la docencia que descuido algunos aspectos en casa, pero estoy trabajando en ellos para superarlos.Finalmente, pienso que la docencia es y será mi mejor compañera en el camino profesional pues no me queda ninguna duda que es en términos laborales y profesionales lo mejor que me ha pasado.

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